sábado, 17 de octubre de 2015

LOS GRADOS DE LA OCTAVA

LOS GRADOS DE LA OCTAVA
Por: jeanne de salzmann

En la enseñanza de Gurdjieff el trabajo pasa por los grados de la octava, los grados de intensidad.

Él mismo ha descrito el proceso.
        
Primero, hay una nota, una vibración, que viene de una octava más alta, y resuena como “do”.

Hay como una apertura a la idea de una fuente más alta, a una visión nueva de una calidad que no estaba allí junto antes.

Luego, a través de una aproximación entre las energías, una intensidad más fuerte comienza a aparecer, una vibración dada por una octava superior.

Tenemos entonces sentimientos, tenemos sensaciones, que pertenecen a las capas más profundas, y se pasa al nivel “re”.

Aparece una visión nueva, de un nivel más elevado, que aporta una nueva comprensión, una convicción.

Tenemos una cierta luz, pero ella es todavía insuficiente.

Tiene el poder de aclarar lo que la rodea y uno siente la necesidad de no proyectarse hacia fuera.

La atención debe permanecer libre y lo que ve me parece más esencial que lo que es visto.

Se alcanza una intensidad de percepción de la idea que no puede ser más intensa.

Estamos en la nota “mi”.
 
La cercanía de otro grado aparece, la sensación de otro nivel posible.

Parece sin embargo inaccesible por los mismos medios sin la intervención de una ayuda nueva.

Uno siente que para franquear ese intervalo, el poder de vivificación de la idea debe aumentar.

Esto ya no depende de la idea sola; ella necesita un soporte que le permita permanecer, una fuerza de la cual ella pueda alimentarse.

Es un momento importante.

El intelecto ya no es suficiente.

Un segundo centro debe entrar en juego.

El cuerpo entero debe voluntariamente ofrecer su participación.

Debe permitir que esa fuerza se intensifique a través de él, se manifieste.

Rechaza su automatismo porque siente la calidad de esa fuerza.

Se somete a ella para recibir su acción.

Se somete conscientemente y permite la manifestación consciente de esa fuerza de otro nivel.

Esto es decisivo.

La lucha ocurre entre dos octavas: la una debe asumir la autoridad, la otra aceptarla.

Si la balanza se inclina hacia la sensación interior, se ha franqueado el intervalo, la octava se ha salvado.

Es la nota “fa” la que resuena.

Esa nota necesita instalarse.

La sensación debe ser definida.

Debe existir en mi Presencia como una sensación completa, estable, con el cortejo de ideas y de sentimientos nuevos que la acompañan, para pasar al grado “sol”.

Enseguida se reproduce exactamente lo que tuvo lugar al principio con la idea original.

Pero esta vez, en ese segundo intervalo, ya no hay una fuerza extraña, sino que esto se hace con una fuerza mía.

El pensamiento y el cuerpo ya no son suficientes.

Un sentimiento nuevo debe aparecer: el sentimiento de ser.

Me siento sometido a una fuerza que me sobrepasa, una voluntad que me sobrepasa, y veo intensificarse el proceso de transformación interior en el fuego del deseo de ser.

La concentración alcanza entonces su punto culminante.

Y de la unión de esas tres fuerzas aparece la independencia de la sensación de sí, la conciencia de sí en su vida propia; es decir, una nueva octava.

Las octavas están superpuestas y no deben mezclarse.

El descenso es obligatorio si uno se mezcla con las vibraciones de las notas inferiores.

jeanne de salzmann

domingo, 4 de octubre de 2015

NOTA SOBRE APLICAR EL TRABAJO A SI MISMOS

NOTA SOBRE APLICAR EL TRABAJO A SI MISMOS

APLICACION PRÁCTICA DE LAS IDEAS DE TRABAJO A NUESTRA VIDA EN ESTE MISMO MOMENTO
                
Una de las cosas más extrañas que se ENTIENDEN después de estar un tiempo en el Trabajo es que rara vez lo aplicamos en las situaciones desagradables reales que tienen lugar al presente.

Claro es que se requiere MUCHA FUERZA para apartarse de una situación.

Al mismo tiempo, podemos construir dicha fuerza tratando de no identificamos con los aspectos nimios de la vida.

Un hombre, en su estado natural —es decir, el hombre natural, que no pueden separarse de la vida y son por consiguiente llamados maquinas— son personas que se desparraman identificándose.

Un momento de recuerdo de si, toda la idea del recuerdo de si, es reunir en uno mismo todos los elementos desparramados que quedaron pegados a los eventos.

Cuando el Trabajo dice que un hombre debe recordarse a si mismo, quiere decir que ha de retirarse de todo lo que ha diseminado de si mismo entre grupos de cosas que no son realmente él mismo.

En los primeros días se dio una definición del recuerdo de si que es la siguiente: "Salí de todas las cosas para entrar en mi mismo".

Ahora bien, en lo tocante a aplicarlo, recordemos la Octava de Trabajo: Do = Valoración de las Ideas del Trabajo.

La próxima nota de desarrollo en el Trabajo —es decir, Re— es la Aplicación de las Ideas del Trabajo a uno mismo.

Aquí por ejemplo, hay una persona que esta sufriendo.

Empero al mismo tiempo, si el sufrimiento es inducido por una combinación externa de cosas, es, quizás, un sufrimiento inútil.

No ve, por ejemplo, que esta en un evento típico que pertenece a la vida y es compartido en ese mismo momento por millones de seres sumidos en el mismo evento —a saber, el identificarse con dicho evento.

Hablando idealmente, por más terrible que sea el evento creado por la vida para una persona, esta debe ser capaz de no identificarse, de no ponerse bajo el poder de el.

Pero esta es una medicina MUY AMARGA.

Sin embargo, esta es la idea que respalda el Trabajo.

Se dijo en los comienzos de la enseñanza que cada evento que le sucede a una persona le es propio y ella misma tiene que enfrentarse con el.

Además, hemos de comprender que cada evento es atraído por nuestro ser tal como se dice: "Nuestro ser atrae nuestra vida".

Esto significa que su ser atrae eventos que le suceden a usted porque la vida esta constituida sencillamente con eventos de diferentes clases y en diferentes escalas.

Si intenta enfrentarse con la vida según el Trabajo —a saber, si trata de aplicar las ideas del Trabajo a los eventos de su propia vida, empezara a darse cuenta de lo que enseña el Trabajo.

Le compete a usted tratar este extracto de la Vida Total llamado su propia vida, y uno de los instrumentos mágicos que puede empuñar es aprender a no identificarse con los aconteceres que constituyen su vida.

Ahora bien, el hombre natural o mecánico no lo puede hacer porque él es su propia vida.

Él es el evento.

Es incapaz de observar de qué modo toma los eventos.

¿Por que no puede observar de que modo toma los eventos?

Pues, simplemente por no observar como los toma.

Él es ellos.

No se da cuenta que puede reaccionar a ellos de una manera diferente.

Pero una vez que empieza a verlo, ya no es más un hombre natural, mecánico.

Ve que puede tomar la vida, los aconteceres, de una manera nueva, si trabaja sobre sí.

Pero ante todo debe observar que toma los eventos cotidianos de su vida siempre de la misma manera.

Una vez que se da cuenta de ello, entra en un desarrollo de si por entero nuevo acerca del cual el Trabajo habla constantemente.

Lo que no entendemos es que la vida es un drama y que todos los aconteceres que suceden, crueles o no, en la vida, constituyen material para el trabajo y han de ser tomados como tales.

Algunas personas gozan de un buen apoyo en la vida, otras lo tienen malo, pero esto no hace diferencia alguna.

Se esta aquí para separarse de la vida, que es al mismo tiempo agradable y desagradable, y a veces muy desagradable, hasta tenebrosa.

No hay hombre, que puede cambiar la vida misma en esta tierra.

Cosas horribles suceden en la vida.     

Pero esto no viene al caso.

El caso es que estamos acá para aprender una lección, y aprender todo cuanto enseña el Trabajo —esto es, para aprender a tomar la vida correctamente mediante la aplicación de las Ideas de Trabajo.

Una vez que uno se deja debilitar y se pone bajo el poder de la auto-conmiseración debido a las tragedias que suceden en la vida, se ha perdido algo muy valioso.

Se toma la vida desde un punto de vista que habría de ser diferente.

Se toma la vida como punto de partida, no uno mismo.
En la vida cualquier cosa puede suceder y no es posible cambiarlo.

No cabe creer que es posible hacer respecto de la vida, del vasto proceso de vida.

Pero se puede cambiar la forma de tomar la vida.

Se puede impedir que nos afecte tan profundamente.

El Hombre en relación con el Cosmos Real es un mero fragmento, una mera célula en el Cuerpo, pero el Hombre es en si mismo un todo, y puede construir ese todo manteniendo una correcta actitud hacia los eventos externos.

Estamos aquí para aprender algo y no para cambiar la vida.

Estamos aquí para aprender a cambiar nuestras reacciones, para encarar la vida.

Y si una persona tiene ideas equivocadas acerca de la vida creyendo que esta habría de ser justa, empieza con una actitud equivocada y no tardara en ser derribada y sufrirá inútilmente.

Es por eso por lo cual el Trabajo dice que hemos de aislamos de la vida, que hemos de estar herméticamente sellados a los aconteceres de la vida.

De otro modo las vicisitudes y cambios de la vida nos sumergirán en la desdicha.

Y así hemos de comprender que tenemos que construir poco a poco algo muy fuerte en nosotros con la ayuda del Trabajo de modo que podamos soportar la cambiante escena, los momentos de felicidad seguidos por momentos de desesperación, con el fin de tener un centro de gravedad dentro de nosotros que nos impida conmovernos porque ahora somos felices y dentro de un momento seremos desdichados.

Al cabo de un tiempo se llega a un punto en que ya no importa ser feliz o no, porque se desea mantener en si mismo cierto punto de conciencia que es invulnerable.

Este es el comienzo del nacimiento de algo real en uno que no sufre la influencia de las circunstancias exteriores.

Entonces se obra en sentido opuesto —esto es, la maquina que antes era impulsada por los eventos de fuera es ahora manejada desde dentro— desde lo que esta más alto que la vida.

Ahora bien, ¿se ha identificado hoy?

¿Y con qué evento?

¿Puede observar los eventos con los cuales siempre se identifica?

¿Qué eventos lo hicieron hoy negativo?

Todo esto significa, ¿dónde se han puesto ustedes bajo el poder de la vida exterior?

¿Dónde han sido usados por la vida y, por el contrario, dónde se han recordado a si mismos?

¿Dónde la paradoja del sufrimiento lo ataco hoy, como, por ejemplo, una persona lo planto, la madrastra vino a casa para que la cuiden, ha perdido su portafolios y hoy no se siente bien?

Recuerde, sean cuales fueren las circunstancias, si los toma como trabajo podrá liberarse de ellas sin que lo desalienten.

Maurice Nicoll


VALORAR EL TRABAJO PSICOLÓGICO

VALORAR EL TRABAJO PSICOLÓGICO

En este comentario consideraremos qué es la conciencia.

Estamos estudiando el acrecentamiento de conciencia sobre el cual tanto hincapié hace El Trabajo y en el que algunos no ven significado alguno.

Recordemos primero que nada se puede aprender con exactitud sin AFECTO.

Una de las manifestaciones del afecto es el INTERÉS.

A nadie le cuesta ver que es imposible aprender un tema a menos de interesarse por él.

Por lo tanto, no veremos significado alguno en todo lo que es enseñado acerca del acrecentamiento de conciencia en El Trabajo si el tema no nos interesa.

En este caso, probablemente creemos en secreto que ya somos plenamente conscientes.

Si es así, solo cabe decir que constituye un admirable ejemplo de la adoración de sí y exige una capilla privada con un altar sobre el cual este colocado un gran retrato de uno mismo.

Sin embargo, el problema a veces no radica en la adoración de sí.

Se debe a veces a que una persona no entiende a que se asemeja un acrecentamiento de conciencia.

Quiero decir, tal vez no afirme cómoda o ciegamente que está plenamente consciente y hasta admite no estarlo, pero es incapaz de entender lo que significa acrecentar la conciencia y se siente impotente debido a su ignorancia.

Todos conocemos ese estado.

Ahora bien, para salir de ese estado debemos retornar a la valoración del Trabajo y a las razones que impulsan a buscar el Trabajo.

Diré meramente que a menos de hacerlo nos quedaremos atascados.

Todos los esfuerzos cesaran, por eso es necesario regresar interiormente a la valoración —y revaluar el Trabajo—.

Esto libera la energía.

En términos de LA OCTAVA-TRABAJO hemos de retornar a la nota Do y hacerla sonar con más fuerza.

Muchos "yo" atacan esa nota y buscan extraer su energía de vibración —"yo" burlones, "yo" payasos, "yo" feos, "yo" crueles, "yo" duros, "yo" discutidores, "yo" denegadores, "yo" alborotadores—.

Todas las cosas desagradables que están en nosotros intentan atacar esta nota inicial del Trabajo.

Lo hacen porque saben, aunque lo ignoremos, que el poder que tienen sobre nosotros se verá amenazado por El Trabajo, que aporta valores extraños y nuevos.

Porque la valoración del Trabajo, que es Do, radica en valorar nuevos valores, y una constante renovación de ellos mediante la revaloración es necesaria y no una constante revaloración de los antiguos valores.

El hombre interior ha de renovarse día tras día, tal como lo dice San Pablo.

Le sorprenderá ver cuán tenue, cuan débil, puede llegar a ser ese Do.

Se debe ello a que no lo renueva día tras día y permite que el tumulto de la vida lo ahogue.

Las circunstancias pueden hacer que un Do-vida sea fácil: un Do-Trabajo no es fácil —va en contra de la vida—.

Además de hacer sonar fuertemente la nota Do en nuestro ser, es preciso reflexionar hondamente —esto es, en el Hombre Interior— por qué se busca El Trabajo, porque ambos van juntos —o deberían ir—.

Si una persona carece de valoración y de propósito, ¿cómo puede recibir alguna vez la fuerza del Trabajo?

Nada tiene con que recibirla.

Si no hay nada en ella que reciba El Trabajo, éste no puede ayudarla.

Si no influye en su manera de pensar o sentir o actuar, es la señal de que carece de valoración y de propósito.

Ahora bien, tal como se dijo, quizá se deba a que una persona es incapaz de comprender qué significa el acrecentamiento de conciencia y se siente impotente.

Ocurre así cuando dicha persona nunca pensó en la conciencia.

No cabe duda que la daba por supuesta y nunca pensó qué era en realidad.

Una enseñanza que le dice, que no es propiamente consciente la desconcierta.

Maurice Nicoll



viernes, 2 de octubre de 2015

LA NOTA DO DE LA OCTAVA DE TRABAJO

LA NOTA DO DE LA OCTAVA DE TRABAJO

En esta ocasión hablaré primero de la "Octava de Trabajo".

En ella el sonido Do representa la Valoración del Trabajo, pues nada puede comen­zar a menos que haya una valoración.
                                                     
Y esto no tiene nada de misterioso.
                
No podrán empezar nada a menos que piensen que vale la pena y lo que vale una cosa es su valor para ustedes.

Si se considera que una cosa no tiene valor alguno no se la valora.

Ahora bien, la nota Do no suena necesaria­mente en el momento mismo en que un hombre se pone en contacto con el Trabajo.

Quizá suene.

Es decir, cuando se oyen las ideas del Trabajo éstas pueden caer en un lugar preparado de antemano en uno —es decir, en el Centro Magnético—.

Es posible que SIENTA que allí está lo que deseaba.

Esta valoración es debida a la acción de la clase de Centro Magnético en uno.

Y en las diferentes personas el Centro Magnético es también diferente.

Pero está en las partes emocionales de los centros —es decir, está en los luga­res en que se siente el valor, porque la valoración es emocional—.

Sin em­bargo, este por así decirlo, primer amor no dura.

Es quizá un sentimiento muy bello, pero se desvanece, luego de haber cumplido su tarea, y se queda uno con LA TAREA DE REVALORACIÓN.

Porque el Centro Magnético puede llevar a una persona al Trabajo, pero no la mantiene en él.

Sin duda alguna todos han experimentado los primeros sentimientos de amor, esos sentimientos extraordinarios y ultraterrenos que sobrevienen en la primera juventud, que no son físicos sino más bien religiosos, y que parecen haber sido TOCADOS por las influencias provenientes del Centro Emocional Superior.

Y luego, más tarde, se presenta una tarea por completo diferente —la de las relaciones prácticas—.

Ocurre lo mismo respecto del Trabajo.

Y he pensado a menudo que repetimos la historia de nuestra vida amorosa en el Trabajo mismo.

Sé, en mi caso, que cuando conocí por primera vez el Trabajo sentí nueva­mente la misma admiración, el mismo sentido de misterio, de algo milagroso, que había sentido en mi primera juventud —sentimientos que por cierto parecían sustentarse por sí mismos y estar sólo relacionados superficialmente con un objeto exterior, una persona—.

Pero sean cuales fueren las primeras emociones que se hayan sentido en conexión con las ideas del Trabajo y el descubrimiento de que exista tal cosa, por más extraordinarios que hayan sido los sentimientos experimentados, no es bastante.

Aun cuando tengamos un Centro Magnético cabal, los sentimientos y emociones que surjan de él" no perdurarán.

Es preciso que conozcamos el objeto de nuestro amor y nos relacionemos prácticamente con él.

Esta nota se llama RE en la Octava de Trabajo.

La nota RE suena, cuando una persona empieza a estudiar las ideas del Trabajo y su enseñanza, y comienza a aplicar el Trabajo a sí mismo.

Esta nota RE se llama "Aplicación del Trabajo a sí mismo".

Y si la nota DO, que el Centro Magnético hizo sonar primero, no cambia de calidad, sino que sigue siendo sencillamente un sentimiento de lo milagroso, la nota RE no sonará con fuerza.

Sin embargo, nadie podrá pasar al Trabajo a no ser que tenga un sentimiento inicial de lo milagroso.

Es decir, un hombre debe sentir la diferencia entre la vida y el Trabajo.

De otro modo el Trabajo caerá dentro de él en los lugares donde cae la vida —es decir, en aquellas partes de los centros que no pueden recibir el Trabajo y que no están preparadas para recibirlo—.

El Hombre tiene partes de los centros para la vida y partes de los centros para el Trabajo Psicológico.

Está construido para la vida y para el Trabajo.

Y, al no poseer el Centro Magnético, recibirá las ideas del Trabajo en las partes de los centros destinadas a la vida.

Intentará añadir el Trabajo directamente a la vida como si fuera la misma cosa.

Ver­terá el vino nuevo en los viejos odres, remendará su viejo abrigo con paño nuevo.

La función del Centro Magnético es impedirlo.

A veces se define el Centro Magnético como la capacidad de distinguir entre las influencias A y las influencias B, entre las influencias de la vida, creadas en la vida mecá­nica, y las influencias que provienen del exterior de la vida y que son sem­bradas en la vida mecánica.

Si no existiera el Centro Magnético, nada sería posible en lo concerniente a la evolución interior.

No sería posible trans­formación alguna del sentimiento de vida o del sentimiento de sí mismo.

Sin embargo, como ya se dijo, una vez que el Centro Magnético ha desempeñado su papel, ya no sirve más.

Nos introduce en un nuevo mundo.

Y entonces es preciso encontrar el camino.

Es decir, puede llevar a un hombre al Trabajo y ofrecerle la posibilidad de valorizar el Trabajo, pero esto es todo.

Luego un hombre debe revalorizar el Trabajo por si mismo mediante la aplicación de las ideas del Trabajo a sí mismo y a su punto de vista integral, y esto fortalecerá el DO en él.

Es decir, la nota RE fortalecerá la nota Do en él, y cambiará su calidad en una valoración consciente.

Al ver la verdad del Trabajo, un hombre lo valorizará cada vez más de un modo consciente, y esta revaloración fortalecerá DO y hará de esta nota un verda­dero DO.

Porque es preciso considerar si el DO dado por el Centro Magnético es en verdad un DO cuyo sonido fue conscientemente dado.

La tercera nota en la Octava de Trabajo, la nota MI, es llamada "Enten­dimiento de las Dificultades Personales".

Comprenderán fácilmente que sus aspectos son muchos, y muchos también sus significados para cada persona.

Hay, por ejemplo, dificultades personales que aparecen en relación con nues­tro ser.

Y hay dificultades personales relacionadas con nuestro conocimiento —es decir, la aceptación de ciertos aspectos del Trabajo como conocimien­to—.

Porque son muchas las ideas extrañas que tienen que ver con el aspecto conocimiento del Trabajo —ideas que hemos oído muchas veces, pero que aún no hemos reconocido—.

En este Trabajo tenemos que pensar de una nueva manera.

Y esto es sólo posible mediante un nuevo conocimiento, por­que se pensará siempre de la misma manera a menos de tener un nuevo conocimiento.

Un nuevo pensamiento exige un nuevo conocimiento, pero un nuevo conocimiento no hará pensar de una manera nueva a menos que se lo reconozca.

Empero, es preciso pensar de una nueva manera, porque de otro modo nunca se verá la propia vida y nunca se verá el significado del Trabajo.

El Trabajo sobre el conocimiento es tan difícil como el Trabajo sobre el ser.

Y hasta más difícil.

Todo esto pertenece al entendimiento de las difi­cultades personales —la nota MI.

En el Trabajo se dicen muchas cosas difíciles.

Significa ello que se dicen muchas cosas que chocan con nuestras formas acostumbradas de cono­cimiento.

Se lo encuentra en todas las formas de enseñanza esotérica.- Por ejemplo, Cristo dijo muchas veces a sus discípulos: "SI PODÉIS SOPORTARLO".

Y esto significa que el conocimiento —el gran conocimiento—, el conocimiento sobre el Hombre y su situación en la Tierra y sus posibilidades, no es algo que se pueda comprender fácilmente, o que pueda unirse al conoci­miento ordinario pensándose que es disparatado porque no corresponde a nuestras opiniones.

El gran conocimiento exige un gran sacrificio y una larga lucha consigo mismo.

Esta noche les daré la enseñanza del Trabajo sobre el conocimiento mismo, que no es fácil de aceptar y que debe ser pensada durante mucho tiempo para que llegue a ser parte de nuestra mente.

Maurice Nicoll